Chávez
lo dice y tiene razón. . . Debatir el programa de forma democrática es una
tarea imprescindible.
Por:
Alexander Marín.
El día 11 de Junio se inscribió ante el CNE la
candidatura de Hugo Chávez para su reelección como Presidente de la República,
y ahí también se presentó el “Programa de la Patria” y con esto se marca el
inicio del recorrido rumbo al 07 de octubre. En la parte introductoria de este
programa se plantea lo siguiente:
“Al presentar este programa, lo hago con el convencimiento de que
sólo con la participación protagónica del pueblo, con su más amplia discusión
en las bases populares, podremos perfeccionarlo, desatando toda su potencia
creadora y liberadora”.
Hugo Chávez.
Esta reflexión da respuesta a un meollo
fundamental de la transición socialista, que es la plena partición del pueblo
explotado en la definición del rumbo del proceso revolucionario y
declaradamente socialista. En esta campaña se debe superar la cotidianidad y
dar paso a una nueva forma de hacer política donde la partición desde abajo sea
lo más importante. Quienes somos partes de la militancia revolucionaria no
debemos perder tiempo en abrir un amplio debate, no sólo para perfeccionar este
programa sino para modificar y aportar lo que sea conveniente en función de
fortalecer la transición al socialismo. Es momento de hacer realidad la construcción
del programa desde abajo, no hay otra alternativa.
En todo proceso revolucionario es
fundamental la crítica como una herramienta para analizar a fondo la realidad y
empujar los cambios para consolidar el avance al Socialismo, única sociedad que
se construye de manera consciente y por ende el debate es prioridad. Al hacer
un recorrido por el período abordado en el plan Simón Bolívar 2007 -2013 no
será difícil darnos cuenta de grandes ausencias, una que se repite con el
“programa de la patria” y es importante señalar: La falta de un partido
consecuente que luche por el programa.
Gran parte de los revolucionarios somos
parte del PSUV desde sus inicios y hemos visto la total ausencia de espacios
para el debate y la construcción de política de manera democrática, que ha
llevado a que esta herramienta en gran medida sea un cascaron vació con la
instalación de un fuerte sector burocrático. Un elemento esencial es que toda
la dirección del partido es parte del gobierno, y sin diferenciarse las tareas,
el partido responde a las necesidades del gobierno y no al revés. Esta aguda
contradicción ha impedido que exista un sujeto político que ejerza contraloría
sobre la gestión gubernamental y por ende el único sujeto “político” existente
para llevar adelante el Plan de la
Patria es el gobierno nacional siendo tamaña contradicción respecto al objetivo
de hacer irreversible el proceso.
Esta breve caracterización es
fundamental para señalar de una vez un primer gran aporte para el programa:
Construir un fuerte partido revolucionario. Cuando hablamos de una campaña
diferente nos referimos esencialmente a eso, a que sea una campaña para
potenciar la construcción de esa herramienta tan necesaria para la revolución
socialista. Todos los esfuerzos deben conducirse a eso, necesitamos espacios
para que el pueblo que se levantó en el caracazo del 89, que llevó a Chávez a
la presidencia en el 98 y que reconstituyó el hilo constitucional el 13 de
abril del 2002 pueda hacer contraloría sobre el gobierno en el avance de este
gran proyecto.
El presidente Chávez en el programa de
la Patria plantea lo siguiente:
“No nos llamemos a engaño: la formación
socioeconómica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y
rentista. Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio
dinamismo interno entre nosotros. Éste es un programa precisamente para
afianzarlo y profundizarlo; direccionado hacia una radical supresión de la
lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el
ritmo de avance hacia el socialismo”.
Lo planteado por Chávez sin duda
responde a una realidad evidente que es la gran distancia a contar con una
sociedad socialista. De fondo da respuesta al gran propagandismo hecho con la
palabra “socialismo”, cuestión que tiene dos caras, por un lado todo el mundo
habla de socialismo generando condiciones para un gran debate pero por otro se
ha generado una falsa interpretación del concepto contando hoy en día hasta con
duchas socialista, cuestión sumamente risible.
El socialismo más allá de ser una
sociedad de transición hacia la justicia y la igualdad y donde se cuente con un
gobierno que priorice por la inversión social, amerita de una base económica
hoy inexistente que no sólo se construye en un país sino en el mundo. El
prevalecimiento de un carácter capitalista y rentista en nuestra economía tiene
que ver con el fracaso de las empresas mixtas como alternativa y de la
incapacidad de avanzar junto a las clases acomodadas del país, por eso en el
programa de la patria debe marcar un cambio de rumbo donde debe establecerse el
fortalecimiento de una economía planificada con control obrero, del
internacionalismo revolucionario y la ampliación de la democracia
revolucionaria, todas cuestiones indispensables para que el socialismo sea
afianzado y profundizado siendo el partido la única herramienta que puede
empujar esto y hacerlo posible.
Abramos pues un gran debate, y hagamos
nuestro el plan de la patria para transformarlo, profundizarlo y afianzarlo
como el programa para la definitiva transición al socialismo.
Militante de Marea Socialista.
Correo: marin.alexanderg@gmail.com
Twitter: @maringalexander
Comparto plenamente tu seria y profunda reflexión, el partido es la piedra fundamental para direccionar la lucha en forma organizada e ideologicamente definida. No fue capricho de Lenin profundizar sobre el tema, y hoy mas que nunca, después del revés en Paraguay, se reafirma la necesidad del partido de la revolución y la ideología del proletariado arraigada en él.
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