Solidaridad
con el pueblo explotado de Paraguay.
Por: Alexander Marín.
Frente a la actual situación
paraguaya debemos tomar un momento para reflexionar a profundidad, las
implicaciones de las salida de Lugo son mucho mas complejas que las que
superficialmente se asoman como un avance del Imperialismo Yankee. De esta
situación los revolucionari@s del mundo tenemos que sacar conclusiones correctas
que ayuden a orientar a nuestros pueblos en la lucha contra el modelo
capitalista hoy en crisis, y por sobre todo al pueblo que hoy apoya la
Revolución Bolivariana.
Mas allá de hablar de un avance
Imperialista deberíamos hablar de un gobierno progresista derrotado. La
victoria de Salvador Lugo en el 2008 significó la ruptura con la hegemonía del
Partido Colorado, pero ¿significó la ruptura del estado tradicional?, con casi
4 años de gestión esta respuesta tiene una clara respuesta: no se tocó ni
tantito así ese estado corrompido al servicio de la lógica del Capital. Sin la
intención de hacer un balance sobre su gestión es claro que con buenas
intenciones no se cambia el mundo y con progresismos tampoco, lo que los
pueblos hoy necesitan son Revoluciones contra el gran capital.
Las tesis conspirativitas a las
que la izquierda ha estado acostumbrada, no arrojan elementos sustanciales para
entender la situación política que hoy vive el mundo, es obvió que los agentes
del gran capital mundial están conspirando contra nuestros pueblos, pero es
innegable que su primer herramienta son los vacíos que los revolucionarios
dejamos de por medio. Lugo pretendió avanzar en un gobierno donde se recogían
los intereses de los sectores burgueses o como se explica que el Vicepresidente
es un carajo hasta relacionado con el stronguerismo –antiguo dictador
paraguayo-. La mayor conspiración es construir un gobierno donde la burguesía tenga
espacio. El gobierno no puede ser mixto porque triunfara el capital, el
gobierno o está con lo pobres o está con los ricos.
Las declaraciones de Lugo frente
a la medida exabruta tomada por el congreso no fueron más que unas palabras de
derrota y entrega que llevan a pensar hasta que se sentía a gusto con salir de
ese gran problema que es ser Presidente. La respuesta del pueblo paraguayo
estuvo muy por encima de la actuación de este líder que decidió no pelear,
demostrando una vez más que el problema de la humanidad sigue siendo el de sus
direcciones políticas.
Es obvió que la derecha actuó
bajo un margen constitucional que sigue respondiendo a sus intereses, la
primera respuesta debió ser abrir espacio para que no fuera un abogado quién
defendiera a Lugo en el Congreso sino que fuera el pueblo a través de un
proceso constituyente quién lo hiciera y otra historia estaríamos viviendo,
porque a Lugo no lo tumba la “institucionalidad” lo tumba la institucionalidad
burguesa que decidió no tocar.
Por otro lado el papel de la
UNASUR se vio muy limitado y lo seguirá siendo mientras nuestros parámetro sean
los de la diplomacia burguesa, no se puede negar la positiva intención de
impedir este acto antidemocrático pero referentes anteriores quitan fortaleza a
su actuación, como es el caso de Honduras, donde después de haber mostrado
posición contra el golpe no paso mucho tiempo en reconocer el nuevo gobierno.
Estas limitaciones son hasta cierto punto entendibles y resaltan una debilidad
enorme de los revolucionarios y es la ausencia de una herramienta política
internacional que acompañe los procesos de cambios e intervenga sin miedo alguno
a favor de los pueblos en cualquier parte del mundo.
En definitiva no es el fin de la
historia, el imperialismo está en crisis y seguirá peleando, nos corresponde a
los pueblos seguir peleando, esta salida de Lugo del poder no es más que un
elemento de la historia. La actuación del pueblo paraguayo demuestra que no
todo esta terminado, ahora la respuesta debe ser mas dura y entender que para
hacer la revolución hay que pelear y no entregar. Todos contra la decisión del
Congreso, todos por la constituyente paraguaya como único camino para retomar
el camino del cambio.
Solidaridad con el pueblo explotado de Paraguay.
Abajo el nuevo gobierno antidemocrático.
Arriba la revolución.
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