lunes, 6 de mayo de 2013

DEBEMOS REVERTIR LA TENDENCIA DE UNA DERECHA QUE CRECE Y UNA REVOLUCIÓN QUE PIERDE ESPACIOS EN LA JUVENTUD


Es indudable que atravesamos momentos muy difíciles, los pasados resultados electorales así lo demuestran, pero uno de los legados más importantes que dejo nuestro comandante Chávez, no es más que el hecho de que los Revolucionarios y Revolucionarias, los hombres y mujeres de este proceso nos crecemos en las dificultades. Hoy es momento de que seamos más grandes, mas comprometidos. Hay estar convencidos de la necesidad de estar a la altura de los retos que están por delante.

Sistematizar los problemas de la juventud no es tarea fácil, pues, uno de los elementos que caracteriza a la juventud es la diversidad de pensamiento y de gusto. Sin embargo, debemos hacer un esfuerzo por identificar los elementos centrales, a los cuales tenemos la labor de dar respuestas inmediatas.

La juventud no se explica sólo por las edades, también lo es por el papel que desempeñan socialmente: Espacios laborales, estudiantiles, artísticos. Ahí encontramos grandes contradicciones, que hoy debemos asumir para recuperar amplios sectores juveniles que hoy no acompañan la Revolución, y para animar a aquellos que hoy se encuentran atomizados y sin organización política.

Basta de superexplotación por la sencilla razón de ser jóvenes.
En lo referente a lo laboral, una definición clara es que los jóvenes son los más afectados respecto a la precarización laboral. La definición más coloquial para explicar esta situación es que para los empresarios privados y las trasnacionales somos condones, usados y luego botados. ATENTO, Mc donals, entre otros, son sólo algunos de los ejemplos que podemos mencionar para demostrar, de manera precisa, como el trabajo de la juventud está al servicio de garantizar las más abrumadoras ganancias para unos pocos.

La Revolución tiene una deuda. Desde ya se deben garantizar condiciones óptimas de trabajo que garanticen el desarrollo integral de cada joven, para que no se conviertan en simples reproductores de la lógica del Capital. Esta tiene que ser la lucha de los Revolucionarios, no la de los dirigentes de derecha que las toman como bandera para engañar y confundir, y que manera importante los ayudó para obtener los resultados electorales del 14 de Abril.

Ahora bien, la tarea no llega sólo hasta ahí, hay una más profunda y de más largo aliento, se debe romper con la economía capitalista de manera definitiva y garantizar empleo a los jóvenes en espacios realmente productivos y que respondan a las necesidades del pueblo y de la construcción del Socialismo.

La transformación universitaria también toca en las Universidad nacidas al calor del Proceso.

Los jóvenes en las universidades también tienen sus inquietudes propias. No se puede cometer el error de creer que la transformación universitaria es sólo para las universidades autónomas. Si bien es cierto, que la revolución ha logrado masificar el acceso a la educación –fundamentalmente a los más oprimidos-, existen tareas pendientes, una de ellas: la democratización. En las Universidades autónomas el voto de 40,50 ó 60 estudiantes equivale al de un profesor, pero en las creadas al calor del proceso no existe la posibilidad de elegir las autoridades porque son puestas a dedo como cualquier funcionario público. Esta realidad limita la posibilidad de que los jóvenes hagan ejercicio de gobernabilidad, limitando así la formación de cultura política mediante la praxis. Para avanzar en estas tareas hay que refundar el movimiento estudiantil y salir adelante con irreverencia, movilización, autonomía y por sobre todo muchas propuestas, la fundamental: La constituyente Universitaria.

El arte no debe tener apellidos, debe ser libre cómo el viento.

La Diversidad artística hoy por hoy no es cuantificable. La juventud de forma permanente y a una velocidad tremenda renueva sus expresiones artísticas, no es posible colocarle apellidos. La revolución debe dar riendas sueltas para que la juventud se exprese de la manera más transparente, resalte su inmensa diversidad. En los distintos medios –incluyendo los del Estado- y hasta en la pasada campaña electoral sólo se expresó una de las tantas corrientes artísticas. Desde ya se debe dar las más amplias libertades para que cada joven se organice de la manera que mejor le facilite expresarse artísticamente. Esa es la mejor manera de contribuir desde este punto de vista con el rompimiento de la lógica del Capital.

En la Juventud los temas de interés político no son pocos.

La juventud está impregnada de profundas inquietudes y permanentes debates sobre él cómo afrontar la vida, pero sin duda alguna hay que hacer pausa en tres (3) que hoy son de amplia importancia, por ser tratados comúnmente de manera abstracta, pero para este nuevo momento de la Revolución deben ser convertidos en campañas para obtener logros certeros.

Dar plenos derechos a la diversidad sexual es una tarea democrática de primer orden.

Es un debate permanente a nivel de la juventud es el de la diversidad sexual. La iniciativa y la inquietud por conquistar un derecho democrático fundamental cómo lo es la libre sexualidad toma cada vez más fuerza. Hoy comienza a ser una deuda la lucha cultural y legal que permita a cada quién elegir su sexualidad de la forma más libre, sin que eso signifique dificultades en su cotidianidad. Desde el monopolio comunicacional, permanentemente se implanta el modelo tradicional de familia y de relaciones sociales, menoscabando la posibilidad de la libre elección su aceptación.

La revolución debe poner como tema de agenda esta lucha, no puede seguir siendo sólo de aquellos que se reivindican en la diversidad sexual, tiene que ser una lucha de todos los que apoyan la revolución y la construcción del Socialismo, es la única forma de que no siga siendo marginada esta pelea y vayamos a un triunfo arduo pero seguro.

La revolución o libera a la mujer o no es Revolución.

Muy conocida es la frase aquella que plantea que “la pobreza tiene rostro de mujer”. Datos de nuestra realidad así lo demuestran. Un alto porcentaje de las familias pobres en Venezuela son sustentadas por mujeres, que hacen el rol de padre y madre a la vez. Por otro lado también es bastante alto el índice de mujeres adolescentes y jóvenes con embarazos no deseados. Si reconocemos algo de la revolución es que de manera declarativa se ha declarado a favor de la liberación de la mujer, y hasta ha sido sustentada con planes sociales para nada criticables.
Pero debemos reconocer que es grande el camino que falta por recorrer. Los elementos de machismo y patriarcado todavía siguen presentes en nuestra sociedad, esto conlleva a que la mujer sea explotada por pobre y además por mujer. Los datos tienen que servirnos para diseñar políticas culturales, económicas y sociales que transformen esta realidad. Una de ellas es el derecho al aborto, que sigue siendo tratado cómo un delito a pesar de las muchas mujeres que mueren por interrumpir de forma incorrecta sus embarazos. Las reivindicaciones femeninas necesitan medidas radicales que no deben quedar atrás más nunca.

La represión y el Tabú respecto a las drogas no han traído buenos resultados. Abramos nuevos caminos.

Hoy la juventud es más afectada por el desconocimiento y falta de información que por el consumo en sí mismo. Las políticas públicas en este sentido no han roto con las medidas tradicionales que en el marco del capitalismo han sido ejecutadas globalmente, trayendo los mismos resultados: Se llenan cárceles con jóvenes pobres por consumo mínimos, extorsión de los aparatos represores del estado, ningún control sobre lo que se distribuye y por supuesto exorbitantes ganancias para los narcos. En la juventud hay debates muy interesantes que logran trascender lo cotidiano y que deben tener un espacio para ser escuchadas y debatidas, así es la única manera de construir una política pública apta.

Es momento de revolucionar nuestra revolución.

Todos los aportes realizados son con una clara intención, tener una sólida política para revertir la clara tendencia donde la derecha gana espacios y la revolución pierde, no sólo en lo electoral sino en la capacidad de movilizar. No se trata de pequeñas cosas, necesario es revolucionar nuestra revolución.

El problema de la burocratización afecta fundamentalmente a los jóvenes, limitan así su capacidad de asumir estos temas tan sensibles e importantes. No son pocos los jóvenes que comenzaron llenos de sueños y esperanzas, y que por la ausencia de un sólido espacio de debate han terminado siendo funcionaros más de la administración pública perdiendo la irreverencia necesaria para seguir adelante con el proceso bolivariano y socialista.

Necesitamos una juventud que se movilice libre y críticamente, que profundice el debate, no puede ser sólo del debate histórico 4° vs 5° que para muchos comienza a ser abstracto. Tenemos que darle a entender a la juventud que los únicos consecuentes para superar nuestras debilidades somos los revolucionaros, y para convencerlos de eso debemos ser profundamente críticos. Es poca la juventud que pude animarse a militar políticamente si nuestros partidos son más parecidos a lo viejo que a lo nuevo, es lógico que muchos decidan no militar y accionar por la Revolución.

Por eso es momento de hacer las cosas de una manera distinta, traduzcamos el susto del resultado electoral en cambios profundos, recuperar con fuerza la juventud revolucionaria no es una inquietud libresca, es una necesidad histórica para garantizar el futuro y el presente de nuestra Revolución y el Legado del Presidente y amigo eterno Hugo Chávez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario