Es indudable que
atravesamos momentos muy difíciles, los pasados resultados
electorales así lo demuestran, pero uno de los legados más
importantes que dejo nuestro comandante Chávez, no es más que el
hecho de que los Revolucionarios y Revolucionarias, los hombres y
mujeres de este proceso nos crecemos en las dificultades. Hoy es
momento de que seamos más grandes, mas comprometidos. Hay estar
convencidos de la necesidad de estar a la altura de los retos que
están por delante.
Sistematizar los
problemas de la juventud no es tarea fácil, pues, uno de los
elementos que caracteriza a la juventud es la diversidad de
pensamiento y de gusto. Sin embargo, debemos hacer un esfuerzo por
identificar los elementos centrales, a los cuales tenemos la labor de
dar respuestas inmediatas.
La juventud no se explica
sólo por las edades, también lo es por el papel que desempeñan
socialmente: Espacios laborales, estudiantiles, artísticos. Ahí
encontramos grandes contradicciones, que hoy debemos asumir para
recuperar amplios sectores juveniles que hoy no acompañan la
Revolución, y para animar a aquellos que hoy se encuentran
atomizados y sin organización política.
Basta de
superexplotación por la sencilla razón de ser jóvenes.
En lo referente a lo
laboral, una definición clara es que los jóvenes son los más
afectados respecto a la precarización laboral. La definición más
coloquial para explicar esta situación es que para los empresarios
privados y las trasnacionales somos condones, usados y luego botados.
ATENTO, Mc donals, entre otros, son sólo algunos de los ejemplos que
podemos mencionar para demostrar, de manera precisa, como el trabajo
de la juventud está al servicio de garantizar las más abrumadoras
ganancias para unos pocos.
La Revolución tiene una
deuda. Desde ya se deben garantizar condiciones óptimas de trabajo
que garanticen el desarrollo integral de cada joven, para que no se
conviertan en simples reproductores de la lógica del Capital. Esta
tiene que ser la lucha de los Revolucionarios, no la de los
dirigentes de derecha que las toman como bandera para engañar y
confundir, y que manera importante los ayudó para obtener los
resultados electorales del 14 de Abril.
Ahora bien, la tarea no
llega sólo hasta ahí, hay una más profunda y de más largo
aliento, se debe romper con la economía capitalista de manera
definitiva y garantizar empleo a los jóvenes en espacios realmente
productivos y que respondan a las necesidades del pueblo y de la
construcción del Socialismo.
La transformación
universitaria también toca en las Universidad nacidas al calor del
Proceso.
Los jóvenes en las
universidades también tienen sus inquietudes propias. No se puede
cometer el error de creer que la transformación universitaria es
sólo para las universidades autónomas. Si bien es cierto, que la
revolución ha logrado masificar el acceso a la educación
–fundamentalmente a los más oprimidos-, existen tareas pendientes,
una de ellas: la democratización. En las Universidades autónomas el
voto de 40,50 ó 60 estudiantes equivale al de un profesor, pero en
las creadas al calor del proceso no existe la posibilidad de elegir
las autoridades porque son puestas a dedo como cualquier funcionario
público. Esta realidad limita la posibilidad de que los jóvenes
hagan ejercicio de gobernabilidad, limitando así la formación de
cultura política mediante la praxis. Para avanzar en estas tareas
hay que refundar el movimiento estudiantil y salir adelante con
irreverencia, movilización, autonomía y por sobre todo muchas
propuestas, la fundamental: La constituyente Universitaria.
El arte no debe
tener apellidos, debe ser libre cómo el viento.
La Diversidad artística
hoy por hoy no es cuantificable. La juventud de forma permanente y a
una velocidad tremenda renueva sus expresiones artísticas, no es
posible colocarle apellidos. La revolución debe dar riendas sueltas
para que la juventud se exprese de la manera más transparente,
resalte su inmensa diversidad. En los distintos medios –incluyendo
los del Estado- y hasta en la pasada campaña electoral sólo se
expresó una de las tantas corrientes artísticas. Desde ya se debe
dar las más amplias libertades para que cada joven se organice de la
manera que mejor le facilite expresarse artísticamente. Esa es la
mejor manera de contribuir desde este punto de vista con el
rompimiento de la lógica del Capital.
En la
Juventud los temas de interés político no son pocos.
La juventud está
impregnada de profundas inquietudes y permanentes debates sobre él
cómo afrontar la vida, pero sin duda alguna hay que hacer pausa en
tres (3) que hoy son de amplia importancia, por ser tratados
comúnmente de manera abstracta, pero para este nuevo momento de la
Revolución deben ser convertidos en campañas para obtener logros
certeros.
Dar plenos derechos
a la diversidad sexual es una tarea democrática de primer orden.
Es un debate permanente a
nivel de la juventud es el de la diversidad sexual. La iniciativa y
la inquietud por conquistar un derecho democrático fundamental cómo
lo es la libre sexualidad toma cada vez más fuerza. Hoy comienza a
ser una deuda la lucha cultural y legal que permita a cada quién
elegir su sexualidad de la forma más libre, sin que eso signifique
dificultades en su cotidianidad. Desde el monopolio comunicacional,
permanentemente se implanta el modelo tradicional de familia y de
relaciones sociales, menoscabando la posibilidad de la libre elección
su aceptación.
La revolución debe poner
como tema de agenda esta lucha, no puede seguir siendo sólo de
aquellos que se reivindican en la diversidad sexual, tiene que ser
una lucha de todos los que apoyan la revolución y la construcción
del Socialismo, es la única forma de que no siga siendo marginada
esta pelea y vayamos a un triunfo arduo pero seguro.
La revolución o
libera a la mujer o no es Revolución.
Muy conocida es la frase
aquella que plantea que “la pobreza tiene rostro de mujer”. Datos
de nuestra realidad así lo demuestran. Un alto porcentaje de las
familias pobres en Venezuela son sustentadas por mujeres, que hacen
el rol de padre y madre a la vez. Por otro lado también es bastante
alto el índice de mujeres adolescentes y jóvenes con embarazos no
deseados. Si reconocemos algo de la revolución es que de manera
declarativa se ha declarado a favor de la liberación de la mujer, y
hasta ha sido sustentada con planes sociales para nada criticables.
Pero debemos reconocer
que es grande el camino que falta por recorrer. Los elementos de
machismo y patriarcado todavía siguen presentes en nuestra sociedad,
esto conlleva a que la mujer sea explotada por pobre y además por
mujer. Los datos tienen que servirnos para diseñar políticas
culturales, económicas y sociales que transformen esta realidad. Una
de ellas es el derecho al aborto, que sigue siendo tratado cómo un
delito a pesar de las muchas mujeres que mueren por interrumpir de
forma incorrecta sus embarazos. Las reivindicaciones femeninas
necesitan medidas radicales que no deben quedar atrás más nunca.
La represión y el
Tabú respecto a las drogas no han traído buenos resultados. Abramos
nuevos caminos.
Hoy la juventud es más
afectada por el desconocimiento y falta de información que por el
consumo en sí mismo. Las políticas públicas en este sentido no han
roto con las medidas tradicionales que en el marco del capitalismo
han sido ejecutadas globalmente, trayendo los mismos resultados: Se
llenan cárceles con jóvenes pobres por consumo mínimos, extorsión
de los aparatos represores del estado, ningún control sobre lo que
se distribuye y por supuesto exorbitantes ganancias para los narcos.
En la juventud hay debates muy interesantes que logran trascender lo
cotidiano y que deben tener un espacio para ser escuchadas y
debatidas, así es la única manera de construir una política
pública apta.
Es momento de
revolucionar nuestra revolución.
Todos los aportes
realizados son con una clara intención, tener una sólida política
para revertir la clara tendencia donde la derecha gana espacios y la
revolución pierde, no sólo en lo electoral sino en la capacidad de
movilizar. No se trata de pequeñas cosas, necesario es revolucionar
nuestra revolución.
El problema de la
burocratización afecta fundamentalmente a los jóvenes, limitan así
su capacidad de asumir estos temas tan sensibles e importantes. No
son pocos los jóvenes que comenzaron llenos de sueños y esperanzas,
y que por la ausencia de un sólido espacio de debate han terminado
siendo funcionaros más de la administración pública perdiendo la
irreverencia necesaria para seguir adelante con el proceso
bolivariano y socialista.
Necesitamos una juventud
que se movilice libre y críticamente, que profundice el debate, no
puede ser sólo del debate histórico 4° vs 5° que para muchos
comienza a ser abstracto. Tenemos que darle a entender a la juventud
que los únicos consecuentes para superar nuestras debilidades somos
los revolucionaros, y para convencerlos de eso debemos ser
profundamente críticos. Es poca la juventud que pude animarse a
militar políticamente si nuestros partidos son más parecidos a lo
viejo que a lo nuevo, es lógico que muchos decidan no militar y
accionar por la Revolución.
Por eso es momento de
hacer las cosas de una manera distinta, traduzcamos el susto del
resultado electoral en cambios profundos, recuperar con fuerza la
juventud revolucionaria no es una inquietud libresca, es una
necesidad histórica para garantizar el futuro y el presente de
nuestra Revolución y el Legado del Presidente y amigo eterno Hugo
Chávez.